¿Existe la casualidad? Capítulo 2

Conversar acerca de si existe la casualidad crea bastante discusión y controversia en general. Estoy seguro que has experimentado en algún momento de tu vida una coincidencia tan improbable que te parece increíble o difícil de aceptar. Y a su vez, se hace difícil de compartir con las demás personas.

Y quizás, para ti ha tenido un significado más profundo del que pueda apreciar otra persona ajena a ti.

¿Existe la casualidad? En este artículo te quiero hablar de 3 de las muchas casualidades que me encontré en mi viaje por América del Sur. Además nos adentraremos en el concepto que inventó el psiquiatra y psicoterapeuta Carl Gustav Jung, llamado sincronicidad, para referirse a los momentos de casualidad que le contaban sus pacientes en consulta.

Contexto

En el primer capítulo te puse en contexto, explicándote parte de mi viaje por América del Sur y nos quedamos justo en el momento donde apareció la magia, donde aparecieron las casualidades. (Me gustaría aclarar que utilizo del concepto “magia” para referirme a algo que era poco improbable que pasara, espero que no te incomode el término)

Nos quedamos en Cuenca, ciudad bellísima de Ecuador que tiene su homónima en España. Por cierto, es la ciudad donde es producen artesanalmente los sombreros Panamá, pero eso es otra historia.

Yo había salido a pasear para reflexionar acerca de la opción de quedarme unos días más en la ciudad para conseguir mejor precio en el alojamiento y conocer la Bienal de arte que se iba a celebrar en los próximos días.

La primera casualidad: MÚSICA

Tomar clases de guitarra. ¿Existe la casualidad?
Cuenca – Ecuador

Cada vez que recuerdo aquellos momentos se me pone la piel de gallina. También entiendo que estas casualidades son muy personales y hacen sentido a cada uno a su manera, peor para mi fue un momento muy especial después de días viajando solo sin saber muy bien como seguir mi camino.

El hecho es que salí del hostal recorriendo una de las calles cercanas al hostal, admirando los edificios coloniales y sus suelos de adoquines y lo primero que me encontré  fue con una escuela de música en la que se impartían clases de guitarra.

Yo soy un amante de la música, mi padre tocó en un grupo de rock en los años 70 y me enseñó a hacer mis primeros acordes en una vieja guitarra española. Aprendí por mi cuenta y tomé algunas clases, pero siempre era una tarea pendiente, quería aprender a improvisar y mejorar mi técnica.

Así que al pasar por esa escuela se me iluminaron los ojos y sentí la señal de aprovechar mi estancia en Cuenca para tomar clases y regalarme unos días para mí.

La segunda casualidad: IDIOMAS

Tomar clases de portugués fue una casualidad

Seguí caminando con la ilusión de un niño, que acababa de conectar de nuevo con una afición que tenía olvidada por falta de tiempo.

Pero para añadir más certeza a mi decisión de quedarme unos días en Cuenca, solo algunos pasos más adelante me encontré una cafetería llamada Casa do Brasil en la que se impartían clases de portugués. Esta fue otra gran señal y es que en mi ruta inicial uno de mis destinos era llegar hasta Brasil y no tenía ni idea de hablar portugués, así que tomar clases podía ser otro aliciente para quedarme en Cuenca unos días más de los programados.

Regresaba a mi época de estudiante, podría estudiar música y guitarra, tomar clase de portugués, conocer la ciudad y la Bienal de Arte.

Con estas dos señales me fui a dormir eufórico, deseando que amaneciera para poder preguntar si había opciones de tomar clases en estas dos escuelas.

Felizmente no hubo ningún inconveniente para empezar la clases en los dos lugares, así que pacté con el propietario del hostal quedarme unas semanas más. Abría de nuevo una etapa en modo estudiante, algo que realmente no me había planteado pero que me apetecía mucho y que sentía que me iba a aportar más goce y disfrute en este viaje.

La tercera casualidad: EL DESCUBRIMIENTO

Lo que no sabía, y esa es la magia de la vida, es que solo había dado un pequeño paso y aún me esperaba una nueva casualidad que iba a repercutir fuertemente en mi vida.

La Casa do Brasil era regentada por dos brasileir@s, Robson y Nathaly. L@s dos eran profesor@s, y faltaba decidir con quien empezaba según el horario que tenían disponible.

Finalmente inicié las clases con Nati. Cada día teníamos una hora de gramática, ejercicios y conversación. Estaba muy aplicado y motivado por aprender una nueva lengua que me iba a servir cuando llegara a Brasil.

El hecho es que a los pocos días de empezar las clases, cuando ya nos conocíamos un poco más, y compartimos un poco más de nuestra trayectoria académica y laboral, Nati me comentó que ella se había formado hacía unos años como coach.

No entendí la palabra, no sabía a qué se refería y aunque me explicó más o menos lo que ella hacía, seguía sin saber qué quería decir «ser coach». Era a finales del 2011 y en España todavía no se conocía mucho el coaching.

Coaching para el éxito -
Talane Miedaner
Coaching para el éxito –
Talane Miedaner

Pero como me vio interesado por el tema, me dejó un libro para que me hiciese una idea de a qué se refería y de que servía el coaching.

El libro se titulaba “Coaching para el Éxito” de Talane Miedaner

Recuerdo con emoción las horas en las que me puse a leer ese libro. No me lo podía creer. Estaba descubriendo una profesión que me hacía sentido y conectaba con mis valores y principios. Estaba encontrando realmente lo que yo quería hacer en mi vida.

Sentía que había encontrado mi profesión, había encontrado mi vocación, había encontrado aquello para lo que estaba diseñado.

Otro día os puedo contar cómo llegué a formarme como coach con uno de los padres del Coaching Ontológico y cómo llegué a formarme como Coach de Propósito de Vida también fruto de tres casualidades espaciadas en el tiempo. El coaching que después descubrí fue muy distinto a esta primera aproximación con el libro Talane, pero siempre lo recuerdo con mucho cariño.

Aprovecho este post para agradecerle infinitamente a Natalie el regalo que fue para mi al mostrarme el coaching. Sirvan estas líneas como muestra del profundo agradecimiento ya que ese simple gesto me cambió la vida.

Segundo aprendizaje:  ¡CONFÍA!

Así como en el primer capítulo ya te hablé de la confianza, en este momento volvió a aparecer esta palabra. CONFÍA

De nuevo me tocó soltar, confiar y sentir que esa decisión podría cambiar el curso de mi viaje

Cómo te puedes imaginar, he revivido esta historia muchas veces en mi cabeza y no dejo de sorprenderme y emocionarme por todo lo que significó. Pero a su vez, siempre he tenido muchas preguntas acerca de este suceso.

¿Qué hubiera pasado si…

  • no hubiese ido a las islas Galápagos?
  • no hubiese hecho parada en la ciudad de Cuenca?
  • no hubiese ido a aquel hostal en Cuenca?
  • no me hubiese quedado más días en Cuenca?
  • no hubiese tomado clases de portugués? O no las hubiera tomado con Nati

A mi modo de entender, en la vida se nos cruzan continuamente oportunidades y mensajes que no siempre escuchamos o prestamos atención. También puede pasar que en ese momento no estamos preparados o preparadas para escucharlos.

Estos mensajes cobran sentido cuando conectas con quién eres y qué has venido a hacer. Es en ese instante cuando conectas con tu Propósito de Vida.

En la vida aparecen señales
En la vida aparecen señales

Desgraciadamente hemos banalizado estos mensajes y los hemos hecho llamar casualidades, cuando en realidad son mensajes que nos traen desafíos y aprendizajes para nuestra vida.

¿Te imaginas una vida en la que haces caso a tu intuición y a las señales que aparecen en tu camino?

¿Te imaginas una vida en la que solo debes estar pendiente de la información que hay disponible para ti?

Probablemente te estés preguntando de dónde viene toda esta información y cómo se ha creado. Yo también me lo he planteado durante este tiempo.

Pero ¿sabes qué? ya no me interesa

Según tus creencias, experiencias o desarrollo de tu Inteligencia Espiritual le darás un significado u otro.

Mi recomendación es que no le dediques tiempo a pensar de dónde viene todo esto y pongas toda tu energía y esfuerzo en confiar en estos mensajes. Que pongas todo tu ser en tratar de descifrar que traen esos mensajes para ti.

Como seres humanos, tendemos a dar significado a todo, y cuanto más inclusivo sea este sentido que otorgamos a lo sucedido, mejor. Lo aleatorio nos perturba, ya que escapa a cualquier explicación. Y en realidad, tu le darás el significado según tus creencias, experiencias y el observador que eres. Desde ahí se creará tu sentido.

Uno de los personajes de la historia que se interesó por las casualidades y que experimentó varias de ellas en su consulta fue el suizo Carl Gustav Jung. El fundador de la escuela de psicología analítica acuñó el termino sincronicidad para explicar estos fenómenos.

¿Qué es la sincronicidad según Carl Gustav Jung?

Libro Sincronicidad - Carl Gustav Jung
Sincronicidad – C.G.Jung

El concepto sincronicidad fue introducido por el psiquiatra y psicoterapeuta C. G. Jung en su libro del mismo nombre en 1950.

En este libro, Jung constata que aunque nuestras vidas están llenas de coincidencias, ningún evento es accidental.

En realidad, nos hemos acostumbrado a pensar en coincidencias, pero no lo son en absoluto.

A su vez, me ha sorprendido mucho leer el prefacio del libro y entender que para Jung fue todo un reto hablar de este concepto y más aún intentar explicarlo.

Te dejo el extracto para que te hagas una idea.

Prefacio de Jung – Sincronicidad

“Al escribir este libro, he cumplido una promesa que durante muchos años me faltó el valor de satisfacer. Las dificultades en su presentación me parecían demasiado grandes por la responsabilidad intelectual que se necesita para emprender un proyecto de tal envergadura y por las deficiencias de mi preparación científica.

Si al final he vencido mis dudas y he abordado el tema, se debe, ante todo, a que mis experiencias sobre el fenómeno de la sincronicidad se han multiplicado con las décadas. […]

Espero que no se considere presunción por mi parte si pido de la comprensión y buena voluntad del lector que acepte manifestaciones poco comunes. De él se espera que se sumerja en regiones de la experiencia humana, que son oscuras, dudosas y rodeadas de prejuicios, amén de las dificultades intelectuales que el tratamiento y la aclaración de un tema tan abstracto debe acarrear inevitablemente. Como cualquiera puede ver por sí mismo después de leer unas cuantas páginas, no se trata de una descripción y explicación detallada de este complicado fenómeno, sino solamente de un intento de esbozar el problema para descubrir algunos de sus múltiples aspectos y conexiones y dar a conocer un campo muy oscuro de máxima importancia filosófica. Como psiquiatra y psicoterapeuta, me he enfrentado a menudo con el problema y me he convencido de lo mucho q estas experiencias interiores significan para mis pacientes. En la mayor parte de los casos, se trataba de cosas de las que la gente no habla por miedo a quedar en ridículo. Me sorprendió comprobar el gran número de personas que habían tenido experiencias de esta índole y con qué se lo guardaron el secreto. Por eso, mi interés sobre este tema tiene una base tanto humana como científica.”

Agosto, 1950. Carl Gustav Jung.

Hasta aquí este segundo capítulo. Dejo para el tercero una nueva casualidad que sucedió en Ecuador que como mínimo es simpática y sorprendente, aunque todavía hoy no le he encontrado el significado.

También te hablaré del concepto de sincronicidad que hemos introducido hoy.

Antes de que te vayas me gustaría dejarte 3 preguntas para la reflexión:

¿Qué te ha parecido esta introducción de Jung?

¿Conocías el término?

¿Te imaginas las críticas que recibió en su tiempo el autor al hablar en esos términos?

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